Actualmente, el 70% de sus árboles se están secando. Según el Ministerio del Medio Ambiente, el caso de estas extensas áreas es el más preocupante de Chile, debido a su alto porcentaje de pérdida de superficie.

Las especies del bosque esclerófilo se secan por primera vez en la historia. (Fuente: Marcelo Miranda)
El límite entre Lo Barnechea y Colina, en el norte de Santiago, es hogar de especies nativas que son poco reconocidas por la ciudadanía. Esta zona alberga parte del bosque esclerófilo de Chile, la arboleda predominante en la zona central del país.
Allí, en el sector de Chicureo, donde antes deambulaban pumas y pequeños roedores, entre espinos, quillayes y litres, hoy se oyen los estruendos de motosierras cortando árboles y máquinas que mueven tierra para la construcción de casas.
El territorio actualmente es usado para levantar parcelas, subdivisiones de terreno y en un futuro, la edificación de viviendas en un Área de Preservación Ecológica. Un lugar en donde, según la regulación actual, no se deben construir proyectos inmobiliarios.
Este es sólo uno de los ejemplos de las acciones que dañan a uno de los bosques nativos que más beneficios entrega a la zona central del país, y que, de acuerdo a un estudio realizado por académicos de la Universidad Católica y Universidad Mayor, lo tienen en este momento con el 70% de sus especies secándose.
La siguiente imagen interactiva muestra el avance de la sequía entre 2019 y 2020, en sectores de bosque esclerófilo. Al mover la barra central podrá ver la diferencia:
El esclerófilo es el tipo de bosque que más ha sufrido las consecuencias del cambio climático, producto de la zona en la que se encuentra. Esto, sumado a proyectos irregulares de expansión inmobiliaria, vacíos en la Ley de Protección de Bosque Nativo, incendios forestales e invasión de especies exóticas, contribuyen a que las proyecciones sean negativas hacia el año 2050.
Según el Sexto Informe de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, este bosque nativo entre 2014 y 2018 perdió un 188% más de superficie respecto del periodo 2006 – 2014. O sea, si antes perdía un 0,29% de territorio al año, hoy pierde un 0,83%.
Por otra parte, este mismo documento indica que, en 30 años más, las especies vegetales de este bosque serán las más vulnerables.
El problema del esclerófilo se suma al desconocimiento de la ciudadanía sobre su existencia.
Así lo afirma la doctora en ingeniería forestal de la Universidad Mayor, Cynnamon Dobbs: “Es un bosque poco valorado, en general. Tiene poca investigación, poco cuidado y poca reforestación. Eso hace que de alguna manera haya una desconexión con la gente que vive en estas localidades”.
Lo anterior hace que acciones como el extraer tierra de hoja de estos terrenos, e incluso el plantar especies que no son propias del esclerófilo, tengan a esta arboleda nativa en peligro.
“La gente no conoce este bosque, no tienen idea. No hay sentido de pertenencia con él. Si se le pregunta al chileno sobre bosques, te va a hablar del valdiviano, de la araucaria, pero no del esclerófilo”, agrega Dobbs.
Otra situación que ha contribuido al deterioro es la constante tala ilegal que se desarrolla en la zona central de Chile. Desde 2017 a la fecha, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) registra 148 denuncias en este ámbito entre la Región Metropolitana (RM) y la de Valparaíso, habiendo arrasado con 1.057 hectáreas de bosque nativo, en ese periodo.
Además, los incendios forestales no se quedan atrás. Según datos de Conaf, estos han arrasado con 9.315 hectáreas de bosque nativo desde 2019 hasta ahora, en las regiones anteriormente mencionadas, siendo un 11% de estos intencionales, mientras que un 75,5% son catalogados como accidentales.
Las conclusiones tienden a ser poco optimistas. El daño causado por las personas, sumado al calentamiento global, sólo agravan el problema.
De acuerdo al informe de la Dirección Metereológica de Chile, en 2019, la RM registró un 76% menos de precipitaciones de lo que llueve en un año normal, mientras que la Quinta Región lo hizo en -80%.
Pese a los malos pronósticos, aún se está a tiempo de salvar el bosque. Si bien los cambios se ven retrasados por la falta de consciencia de la sociedad con el esclerófilo, proyectos como la recolección de semillas por parte de Conaf o el dictamen de Contraloría en marzo del 2020, que declara ilegales los Planes de Manejo Forestal con fines agrícolas, suponen un paso más hacia la protección de esta arboleda nativa de Chile, que otorga múltiples beneficios desconocidos para la ciudadanía.